El doble atentado de ayer en Oslo, capital de Noruega, ha tomado esta madrugada la dimensión de "tragedia nacional", como ha asegurado el primer ministro, Jens Stoltenberg en una comparecencia a primera hora de la mañana. La policía ha confirmado que el tiroteo de la isla de Utoya ha causado la muerte de al menos 80 personas, la mayoría de ellas jóvenes miembros del partido laborista que participaban en un encuentro al que tenía previsto acudir el primer ministro. El tiroteo se produjo poco después de que un potente coche bomba estallara en el centro de Oslo, junto a la sede del Gobierno, y causara otros siete muertos. Tras la matanza de la isla, la policía detuvo a un hombre, un noruego de 32 años identificado como Anders Behring Breivik, al que la policía vincula con la extrema derecha. No obstante, el Gobierno no descarta ninguna hipótesis, ni aclara si el detenido actuó por su cuenta o en colaboración con más personas.
Aunque el primer ministro laborista Stoltenberg permaneció oculto durante unas horas tras el atentado en Oslo, esta mañana ha comparecido junto al ministro de Justicia, Knut Storberget, para responder a los periodistas y expresar sus condolencias a las víctimas y sus familias y ofrecer detalles del suceso. Antes de responder, ha calificado de "tragedia nacional" el doble atentado, "la mayor tragedia acaecida en Noruega desde la Segunda Guerra Mundial". En particular, lo ocurrido en la isla de Utoya, donde tenía previsto hablar ante los jóvenes de su partido DNA acribillados por el pistolero. "El paraíso de mi juventud convertido en un infierno", ha dicho Stoltenberg, que ha querido agradecer a cuantos están colaborando para esclarecer los hechos y ayudar a las víctimas. "Serán recordados siempre", ha dicho.
El primer ministro estaba flanqueado por su ministro de Justicia, que ha descartado que haya "razones para elevar el nivel de alerta" pese a lo ocurrido. El primer ministro ha confirmado que hay un detenido por el doble atentado, pero no ha podido confirmar si, con lo que se sabe hasta el momento, se puede afirmar si actuó solo o fueron varias las personas que perpetraron la matanza en Oslo y la isla de Utoya. Confirmabe Stoltenberg lo que de madrugada anunciaba la policía, que el tiroteo en la isla se había saldado con más de 80 muertos. "El balance actualizado que estamos manejando se sitúa en 80 fallecidos", decía el director de la policía, Oystein Maeland, en una rueda de prensa sobre las cuatro de la madrugada. "No podemos garantizar que esta cifra no aumente", ha agregado antes de afirmar que varios de los heridos se encuentran en estado grave.
Del detenido no se han dado demasiados detalles. Hasta el momento solo se le ha identificado como Anders Behring Breivik, un hombre de 32 años al que se vincula a la extrema derecha. Tiene un perfil en Facebook que ha sido bloqueado. En Twitter, existe una cuenta con su nombre
, con un unico mensaje:
"One person with a belief is equal to the force of 100 000 who have only interests" ("Una persona con una creencia iguala la fuerza de 100.000 que solo tengan intereses"). El perfil cuenta con varios centenares de seguidores -aumentan a cada minuto- pero no es seguidor de nadie. Está datado en Oslo.
El estallido sacudió varios edificios gubernamentales
, entre ellos, las oficinas del primer ministro, el laborista Jens Stoltenberg, quien no estaba allí, pero sí que tenía programado asistir hoy al acto de su partido en la isla de Utoya. Las fuerzas de seguridad noruegas han cerrado el centro de la ciudad, que tiene en total algo más de medio millón de habitantes, y ha pedido a todos los que quedan allí que abandonen la zona. El terror se intensificó cuando, poco después, un tiroteo en una isla al sur de la ciudad
provocó el caos durante una reunión de las juventudes laboristas. Según testimonios recogidos por la televisión local NRK, se trató de "una ejecución en toda regla". Una versión confirmada ahora con el nuevo balance de víctimas ofrecido por la policía.
Algunos testigos contaban anoche a la televisión pública NRK y a otros medios locales que el número de muertos en la isla de Utoya podía ser mucho mayor del facilitado en un primer momento por las autoridades. Uno de ellos vaticinó haber visto "entre 20 y 30 cadáveres" en el mar y en la costa. Algunos de los participantes en el campamento trataban por la tarde de escapar de la isla por barco o incluso a nado. Dado que el presunto terrorista iba vestido de policía, los asistentes al campamento huían de los policías auténticos, que se afanaban en recuperar la confianza de los muchachos. Según la prensa local, este tipo de actos congrega a jóvenes de entre 15 y 25 años, aunque suelen asistir también políticos en activo o retirados. Por la noche, las fuerzas de seguridad seguían buscando más artefactos explosivos.
"Vi a gente siendo disparada. Intenté sentarme lo antes posible. Me escondí detrás de algunas piedras. Le ví una vez, solo a unos 20 o 30 metros de mi. Pensé, 'tendré miedo de por vida' y en toda l agente que quiero", cuenta Jorgen Benone, uno de los supervivientes, a la agencia Reuters. "Vi gente saltando en el agua, sobre unas cincuenta personas nadando lejos de la costa. La gente estaba llorando, temblando, estaban aterrorizados", cuenta Anita Lien, que vive a pocos metros de la isla, a la misma agencia. Muchos saltaron al interior de los pocos edificios de la isla mientras oían los disparos, se escondieron entre los árbole o no vieron más alternativa que lanzarse al agua. Botes salvavidas y helicópteros han rastreado las aguas en busca de supervivientes.
Un detenido, noruego
Anders Behring Breivik, de 32 años de edad, es el presunto hombre que disparó a los niños en Utoya.
La policía está interrogando al único detenido, un hombre de nacionalidad noruega de 1,90 metros y 32 años. El portavoz de la Policía de Oslo, Ander Frydenberg, ha declarado a la BBC que el detenido está siendo sometido al interrogatorio en una comisaría local de Policía de la isla de Utoya. La televisión noruega Tv2, ha informado de que al parecer Anders Behring Breivik tendría vínculos con partidos de la extrema derecha. Según este mismo canal, la policía noruega está registrando un piso en la zona occidental de Oslo donde residía el detenido. Por ahora las investigaciones apuntan que los ataques no se pueden atribuir al terrorismo internacional o a grupos islamistas, sino que estarían relacionados con "movimientos locales antisistema", aunque no hay descartada ninguna opción.
La detención se ha efectuado en Utoeya, una isla situada a varias decenas de kilómetros al sur de la capital donde estaban reunidas las juventudes del partido laborista y donde el arrestado ha sembrado el caos al abrir fuego contra los asistentes. El autor del tiroteo iba vestido de policía y está relacionado también con la explosión, según fuentes oficiales. A última hora de la noche se ha localizado su coche, que contenía más material detonable.
Según el diario estadounidense The New York Times, un grupo islamista llamado Ansar al-Yihad al-Alami (Colaboradores de la Yihad Mundial) se atribuyó los atentados. La televisión noruega señaló poco después que ese mismo grupo había negado toda responsabilidad en el atentado.
Situación muy grave
En la capital, diversos edificios públicos del distrito gubernamental de la capital noruega quedaron gravemente dañados. Además del edificio que alberga las oficinas de Stoltenberg, también se vieron dañados los Ministerios de Petróleo y Hacienda, y la sede del tabloide Verdens Gang quedó seriamente afectada por el atentado. Según diversas informaciones, podría haber personas encerradas en los edificios dañados y, posiblemente, también más cadáveres.
La policía cerró la Estación Central de Oslo por temor a nuevos atentados. Las imágenes tomadas por videoaficionados después de la explosión muestran una situación caótica en las calles del centro de Oslo. Desde helicópteros, cámaras de televisión grababan, algo más tarde, los desesperados intentos de los jóvenes por escapar de la isla de Utoya. La seguridad ciudadana se suele dar por descontada en Noruega, por lo que es probable que las medidas policiales en la isla fueran muy escasas. La pequeña superficie de Utoya facilitó, además, que un pistolero con armas automáticas pudiera cometer en ella una masacre. Según algunos testimonios, el detenido portaba pistolas y rifles.
Algo más de dos horas después del estallido, el propio Stoltenberg ha confirmado que tanto él como el resto de los miembros de su Gabinete estaban "bien". El primer ministro, que no ha hablado de atentado hasta una segunda aparición televisiva horas después, ha calificado la situación de "muy grave" y ha convocado a los ministros de Defensa y de Exteriores para reunirse en un Comité de Emergencia. Hacia las diez y media de la noche, Stoltenberg compareció una tercera vez en la televisión pública junto al ministro de Justicia para condenar los atentados y confirmar las cifras oficiales de muertos, heridos y desaparecidos. También aseguró que su país responderá con más democracia a ataques violentos y que el Gobierno británico ha ofrecido compartir sus servicios de inteligencia con Noruega. El ministro de Justicia, Knut Storberget, declaró que aún no se conocen los móviles del crimen y aseguró que las fuerzas de seguridad no tenían nociones de ninguna amenaza de esa envergadura. También explicó que el país no elevará la alerta terrorista tras el suceso.