Las Fuerzas de Seguridad del Estado elevan la presión sobre personas
sospechosas de terrorismo. En la práctica, conlleva la movilización
total de los agentes de la lucha antiterrorista, que extreman las tareas
de vigilancia e información sobre personas de riesgo.
Protección de centros sensibles. Incluye los centros estratégicos,
como puedan ser centrales nucleares, y centros de transporte, como
estaciones de tren o aeropuertos. Estas tareas corresponden al Cuerpo
Nacional de Policía y a la Guardia Civil. No obstante, en los últimos
meses el Ministerio del Interior ha pedido la colaboración de las
compañías de seguridad privadas ante el riesgo de atentados.
Mayor vigilancia callejera. Supone incrementar la presencia de
agentes de los dos cuerpos de seguridad en las calles. Implica la
movilización de numerosos efectivos, con la consecuente reducción de
periodos de libranza y vacacionales.
Advertencia a las Fuerzas Armadas. Aunque las principales tareas
corresponden a la Policía y a la Guardia Civil, el Ejército también
recibe la comunicación del nivel de alerta para que incremente el nivel
de protección sobre sus instalaciones. Además, en el caso de que los
agentes de las Fuerzas de Seguridad tuviesen problemas para cubrir todos
sus objetivos, los militares tendrían que colaborar en estas tareas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario