Carta de un Policía Local

Agente de Policía Local en Jabugo (Huelva)

El pasado 7 de Agosto estando de servicio unipersonal como de costumbre, recibí de manera vil y traicionera una puñalada que a punto a estado de costarme la vida.

Un detenido tras apuñalar a un policía local con un cuchillo de cocina

Ya estoy en vías de recuperación y me encuentro con ganas de escribir sobre ello en parte por desahogo y aunque sé que no es necesario también como aviso a todos los compañeros, para que peleen aún con más fuerza por elementos de protección que nuestras empresas deberían de proporcionarnos.

El agresor conocido alborotador en la localidad y con antecedentes por haber apuñalado anteriormente a otra persona estaba alterando el orden en la plaza del pueblo acompañado de unos perros agresivos que apunto estuvieron de morder a un niño y a mí mismo. Tras llamarle la atención y tomar nota de todo para la denuncia este decide irse del lugar. Tres horas más tarde se esconde entre el patrulla y la pared de la iglesia de la plaza donde estaba estacionado y cuando me aproximé al vehículo me asalto de manera vil y cobarde clavándome un cuchillo en el abdomen. En un acto instintivo veo por el rabillo del ojo algo raro que hizo que cuando sentí el pinchazo pudiese coger el cuchillo a la vez que me apuñalaba, eso hizo posible que solo me penetrara la mitad del cuchillo y posiblemente me salvó la vida.


Acto seguido conseguí sacarme el cuchillo y cogí mi arma reglamentaria pero la plaza estaba en ese momento abarrotada de niños jugando acompañados de sus madres y abuelos. Fueron decimas de segundo y afortunadamente tomé, pienso, la buena decisión; no abrí fuego. Posiblemente hubiese matado a mi agresor eliminando riesgos para mí pero a buen seguro hubiese herido o matado también alguna de las personas o niños que jugaban allí que estaban en la línea de tiro. No habría podido soportar herir o algo peor a un niño con los que bromeo a diario en la entrada y salida del cole, así que pensé ¡que sea lo que Dios quiera!


Acto seguido la gente, la multitud de la gente que allí estaba acudió en mi auxilio y el agresor huyó del lugar. El dolor era horrible pero veía que no sangraba en exceso pero me temía una posible hemorragia interna, dolía mucho y cada vez más. Me pareció eterna la espera de los servicios médicos y la hora que existe de traslado entre mi localidad (Jabugo) y el Hospital Comarcal de Riotinto. Finalmente El destino o Dios quiso que llegase a tiempo y me pudiesen intervenir de urgencia dado que la herida era grave, me habían perforado el intestino delgado.

A los dos días de la operación, prácticamente drogado por los derivados mórficos que me tuvieron que administrar, hace acto de presencia la Policía Judicial y dice que o me toma declaración o lo ponen en libertad por que el Fiscal dice que sin acusación no pueden enviarlo a la cárcel. Imagino que será así no lo sé, pero toda la gente a la que la policía judicial le pidió testimonio y que estaba en la plaza prestó declaración ya que lo habían visto todo. Habían apuñalado a un policía a traición al que por poco le cuesta la vida y ¿lo van a poner en libertad si no declaro yo? ¡Increíble! Hice un esfuerzo y preste declaración desde mi cama de hospital lleno de sondas, vías, oxigeno y demás, pero me queda una pregunta. Si el médico hubiese prohibido la entrevista y estuvo a punto, (yo insistí en sentido contrario), ¿lo ponen en libertad? ¡Madre de Dios!

Tras pasar unos días muy duros en el hospital debido a mis alergias a ciertos analgésicos, regreso a casa y veo que la Policía Judicial ha instruido por intento de homicidio. No lo entiendo ¿alguien a las tres horas de llamarle la atención va a su casa por un cuchillo me espera escondido, me apuñala y no es intento de asesinato?, ¿no hay premeditación, alevosía, acaso no ha ido en busca de un arma que asegure el resultado de su acción, acaso no estaba escondido con el ánimo de sorprenderme y así eliminar mi posible reacción defensiva? Tras leer publicado lo que se le imputa me pongo muy nervioso, no podía conciliar el sueño así que como iba en contra de mi recuperación lo tuve que dejar estar pero me pareció indignante.

Cuando sea el juicio o me llame el juez para tomarme declaración ya veremos. Para colmo la prensa o mejor dicho algún medio pone mi nombre completo y el del delincuente solo las iniciales, el mundo al revés, solo le ha faltado poner mi dirección para que venga después a mearse en mi puerta. En fin son muchas cosas y no quiero distraerme ahora en otra cosa que no sea la recuperación, pero quería compartirla con quien sé que me comprenderá, mis compañeros de toda España.

Simplemente unas reflexiones:

1.-Estoy seguro que de no haber estado de servicio unipersonal como de costumbre y hubiese contado con el apoyo de un compañero esto no se hubiese desarrollado de esta forma casi con total seguridad. El servicio unipersonal debería ser la excepción y no al revés
.
2.-Ya solicitamos en su día al ayuntamiento el chaleco antibalas y se rieron decían que si nos creíamos que esto era el Bronx. No sé si pensar que a veces nos gobiernan los más ignorantes o los mas egoístas o ambas cosas. De todo lo sucedido me quedo con el sentimiento de agradecimiento que me invade; Especialmente a mi amada esposa e hijo, a mi familia y amigos pero asimismo agradecimiento a las personas que me auxiliaron en un primer momento, al equipo médico que me salvo la vida y a los compañeros de toda la geografía de España que me han hecho llegar su apoyo y cariño.

Agradecimiento en definitiva a la vida que me da una nueva oportunidad de servir a mi comunidad de ser mejor persona y poder compartirlo.

Nota del Autor: Espero poder volver al servicio pronto y devolver todo ese cariño mostrado hacia mi persona. Un cordial saludo y cuidaros ahí fuera..

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