El incidente comenzó con la agresión de un grupo de internos a dos agentes en el patio del recinto
Un
numeroso grupo de internos del Centro de Internamiento de Extranjeros
de Zapadores se han amotinado sobre la medianoche en el interior de la
instalación.
Medio centenar de internos del Centro de Internamiento de Extranjeros
de Zapadores se amotinó sobre la medianoche de ayer en el interior de
la instalación tras ver frustrado su intento de fuga. Una decena de
ellos se subieron al tejado, aunque algunos testigos presenciales elevan
la cifra a una veintena. Allí se hicieron fuertes, por lo que la
policía tuvo que utilizar materiales antidisturbios para obligar a los
inmigrantes a que depusieran su actitud.
El motín se inició cuando dos de los internos agredieron a dos
funcionarios del centro, que resultaron heridos. Al repeler la agresión,
otros internos se unieron a la trifulca. A partir de ahí comenzó el
caos en las instalaciones. Los extranjeros, la mayoría argelinos,
comenzaron a destrozar todo el mobiliario que encontraron a su paso.
Vaciaron todos los extintores en el suelo y rompieron teléfonos y
puertas.
Accedieron al patio del CIE y una decena de ellos se encaramaron al
tejado, donde comenzaron a gritar y a lanzar objetos a los agentes.
Tres furgonetas de policías antidisturbios llegaron sobre la 1.20 de
la madrugada para reforzar a los agentes que ya se encontraban en las
instalaciones. Las detonaciones del material antidisturbios, similares a
disparos, y los gritos de los amotinados llamaron la atención y
causaron la alarma de los vecinos de la zona. Medio centenar de ellos se
agolparon en la puerta del CIE intentando conocer lo que ocurría. Juan
Carlos Moragues, delegado de Gobierno en la Comunitat Valenciana, siguió
desde el primer momento las actuaciones policiales.
Pasada la una y media de la madrugada se dio por controlado el motín y
los funcionarios se disponían a realizar una inspección para ver los
desperfectos que habían causado los amotinados.
Este no es el primer episodio de tensión que se vive en el centro de
Zapadores. En septiembre de 2014 un grupo de internos argelinos
intentaron fugarse de las instalaciones, aunque rápidamente fue
frustrado por policías nacionales, aunque dos de ellos resultaron
heridos leves en la actuación.
Los hechos se produjeron cuando un grupo de inmigrantes de Argelia
internados en el centro simularon una pelea en el interior de las
instalaciones. La respuesta de los funcionarios no se hizo esperar. Dos
policías nacionales entraron al instante en el recinto. Lo hicieron sin
portar sus defensas ni sus pistolas, una medida de precaución encaminada
a evitar males mayores, como destacaron fuentes sindicales. Su
objetivo, impedir con las manos que la trifulca entre los inmigrantes
fuera a más.
Pero en cuanto los agentes se acercaron al grupo, la reyerta acabó.
Era una trampa. El grupo de argelinos se abalanzó de inmediato sobre los
policías y comenzó a golpearlos. Tras atacarles, al menos tres de ellos
huyeron a la carrera hacia la puerta de seguridad del centro, que se
había quedado entreabierta debido a la premura con la que entraron los
policías para evitar que la pelea fuera a mayores. Pero los inmigrantes
argelinos acabaron pronto su violento intento de fuga. Otros tres
policías que se encontraban controlando el centro en el hall del mismo,
se abalanzaron de inmediato sobre los internos y lograron reducirlos.Dos de los agentes tuvieron que ser conducidos a la clínica Virgen
del Consuelo al resultar heridos leves a causa de la embestida y golpes
de los internos, tal y como confirmaron fuentes médicas.
Ocho fugitivos
Asimismo, durante ese mismo mes, 17 inmigrantes lograron dejar atrás los muros del CIE tras provocar una avalancha y causar lesiones a una agente y una limpiadora. Siete de los internos fueron capturados instantes después de la fuga, escondidos en el patio de Zapadores o en las inmediaciones del mismo. En este caso también existía un plan preconcebido. Todo sucedió cuando un grupo numeroso de extranjeros empujó y arrolló a una policía nacional en el preciso instante que abría la puerta del CIE para que salieran las empleadas del servicio de limpieza, que ya habían terminado su jornada laboral.
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