Disparan a un joven para robarle 15.000 euros.


Un joven de 23 años llamado Héctor, repartidor de productos cárnicos, había madrugado para llevar todo lo recaudado a las oficinas de su empresa en Gandia. Eran poco más de las 6.30 de la madrugada, estaba todo oscuro y no había ni un alma por la calle. Paralelamente, también se había despertado de madrugada Óscar Serra, el dueño de la panadería situada muy cerca del negocio de carnes.

El gerente se encontraba en el obrador ultimando la cocción del pan cuando se sobresaltó al escuchar un disparo. «Al oír un tiro, algo parecido a una detonación y similar a un cohete, salí corriendo de la tienda y vi al chico lleno de sangre, el cual estaba gritando», relató con los nervios todavía en el cuerpo.

Héctor, natural de Bellreguard pero residente en Gandia, recibió un tiro en plena calle, en la avenida República Argentina número 101 de la Ciudad Ducal, justo enfrente de su trabajo. Dos personas, que llevaban la cara cubierta con cascos, le estaban esperando a la salida de la sede de la compañía cárnica. Sabían que llevaba la recaudación de su empresa y le pidieron todo el dinero que llevaba.

Posteriomente, le encañonaron y uno de ellos apretó el gatillo de su pistola hiriéndole en una rodilla. Tras dejarlo prácticamente inmovilizado, huyeron con todo el botín. Las primeras investigaciones estiman que llevaba entre 12.000 y 15.000 euros.

Los delincuentes se dieron a la fuga en una scooter. Fue en ese preciso momento cuando el panadero salió a su encuentro. «Me aproximé a él y le pregunté qué le había pasado, a lo que me respondió que le habían pegado un tiro y que le habían robado». Inmediatamente, Serra telefoneó a la policía para dar cuenta de lo ocurrido.

Mientras llegaban la ambulancia y los agentes, Serra no dejó ni un momento solo al herido. «Lo conozco de hace tiempo porque lleva varios años trabajando en la mercantil cárnica, muy cerca de la panadería», remarcó.

Serra le sacó dos sillas, una para sentarlo y otra para que pusiera las piernas; y con un paño limpio estuvo presionándole la herida para que no perdiera más sangre. «Estábamos los dos muy nerviosos», apostilló.

Al poco tiempo, la víctima fue trasladada al hospital San Francisco de Borja de Gandia con una herida abierta en la rodilla, aunque su vida en ningún momento corrió peligro. Los agentes de la Policía Nacional investigan la autoría de este atraco, que ha conmocionado a los vecinos de esta tranquila zona de Gandia.

Una de las líneas de estudio que mantiene abierta la Comisaría es la supuesta relación de este atraco con el ocurrido en una quesería de Palmera el pasado viernes. En este asalto, uno de los dos atracadores también disparó a la rodilla a un empleado que se enfrentó a ellos. El montante que se llevaron en esta ocasión fue de 5.000 euros. Ambos iban encapuchados y con guantes y todavía no les ha detenido la Guardia Civil.

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