US. Masacre en Texas: hombre vestido de Papá Noel mató a seis y se suicidó

 
 
Las víctimas habían abierto los regalos de Navidad y comenzaban a recoger el papel de la envoltura cuando fueron asesinados a tiros en un apartamento de Grapevine 

Cuatro mujeres y tres hombres, con edades de 18 a 60 años, fueron hallados en el espacio que comparten la cocina y la sala del departamento cuando la policía entró al lugar alrededor del mediodía del mundo, dijo el sargento Robert Eberling de la policía de Grapevine. Dos revólveres fueron encontrados cerca de los cuerpos en la vivienda que estaba decorada con un árbol de Navidad.
 
El teniente Todd Dearing de la policía de Grapevine dijo que a juicio de los investigadores todas las víctimas se conocían, pero que algunas sólo estaban de visita. La policía busca a parientes de las víctimas para notificarlos.
 
"Siete personas en un lugar en Grapevine, eso nunca ocurrió antes. Jamás", afirmó Dearing. E indicó que la policía efectúa un registro "meticuloso" del apartamento que podría durar muchas horas. "Parece que acababan de celebrar la Navidad. Habían abierto sus regalos", agregó.
 
Las víctimas no han sido identificadas todavía. Eberling dijo que las autoridades todavía desconocen la causa del incidente.
 
La policía y los bomberos llegaron pronto a la unidad de apartamentos Lincoln Vineyards luego de que recibieron una llamada de emergencia alrededor de las 11:30 de la mañana, afirmó Eberling. "Había una línea abierta. Nadie decía nada", explicó.
 
Al llegar, la policía ingresó a la vivienda, localizada en Grapevine, un vecindario suburbano de clase media no lejos del barrio exclusivo de Fort Worth en Colleyville. El apartamento está en la parte posterior de la unidad habitacional, y desde allí se puede ver el campo deportivo de la preparatoria Heritage de Colleyville.
 
Pero muchos de los apartamentos contiguos están vacíos. La policía dijo que ninguno vecino reportó haber escuchado algo raro mientras pasaban una tranquila mañana de Navidad, cuando no hay mucha gente en el lugar.
 
José Fernández, de 35 años y mecánico de oficio que se mudó a la unidad con su familia hace unos seis meses, afirmó que el lugar es seguro, pero que ahora teme dejar que su hijo de 10 años juegue libremente afuera. "Eso es muy tremendo, sobre todo en Navidad", dijo Fernández, quien salió para visitar parientes y al regresar se encontró con varios carros de policía estacionados frente a su casa.
 
Eberling coincidió en que el área es muy tranquila. Christy Posch, una aeromoza que se mudó a la unidad hace casi seis meses para que su hijo pudiera asistir a la preparatoria, afirmó que vive a unos cuantos edificios de distancia y que no escuchó disparos. "Todas son familias. Por eso me mudé aquí. No hay robos de casas, nada de nada", dijo.

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