El lunes, una anciana californiana de 92 años, a quien le dicen 'la
abuela suicidio', fue condenada a cinco años de libertad condicional por
evadir el pago de impuestos, por las ganancias que obtuvo al vender
unos 1.300 equipos para que la gente se suicide.
Uno de los kits de suicidio
Hace 20 años, Sharlotte Hydorn, quien vive en San Diego, comenzó a
fabricar los equipos, concebidos por ella misma en su casa. Los vendía
por un precio relativamente modesto, unos 40 dólares. Hasta que hace dos años uno de sus clientes, Nicholas Klonoski, fue a una comisaría de policía del estado de Oregon a quejarse de que la anciana lo había estafado porque, obviamente, el equipo no funcionó.
Klonoski, de 29 años, dijo a las autoridades que estaba deprimido y
quería suicidarse. Vio un anuncio en la prensa local y compró el equipo,
"pero no funcionó, fue una estafa", afirmó, según los documentos de la
corte. La policía se puso a investigar el asunto y descubrió que hubo por lo menos seis casos confirmados de suicidios con los equipos fabricados por la anciana, entre ellos un joven de 19 años.
Lo curioso del asunto es que, al contrario del célebre 'doctor
muerte', Jack Kavorkian, quien pasó ocho años en la cárcel por ayudar a
gente a suicidarse, Hydorn fue demandada únicamente por no pagar los impuestos correspondientes a los beneficios que obtuvo, entre los años 2007 y 2011, cuando fue arrestada. No a lo largo de toda su carrera "empresarial".
De hecho, lo de no pagar impuestos era su fuerte. Las autoridades
descubrieron que tampoco pagó los de su casa ni los de la pensión que
recibe en calidad de maestra retirada.
La condena
Además de los cinco años de libertad condicional, Hydorn tendrá que
pagar 1.000 dólares de multa. En el fondo, el juez fue generoso con
ella, porque la fiscalía pidió un año de cárcel y que restituyera a
Hacienda unos 25.000 dólares en impuestos retrasados.
"Yo solo quería ayudar a la gente, quise dar a las
personas enfermas la libertad de morir en sus casas, con los amigos y su
familia", dijo la anciana al diario 'The Daily'.
Hydorn explicó que la idea se le ocurrió tras la muerte hace 30 años de su esposo,
victima de un cáncer en el colon. "Él pasó dos años con dolores
horribles. Cuando estaba en el hospital lo único que pedía era que lo
llevaran a casa. Fue cuando se me ocurrió la idea", dijo la anciana,
quien aseguró que no siente ni remordimiento ni pena por sus clientes.
"La mayoría de ellos sufrían de enfermedades terminales. Creo que
estaba haciendo un buen trabajo ayudándolos a morir. Los aparatos
funcionan de maravilla", afirma orgullosa. Los equipos, que tenían
nombres tan sugerentes como "humidificador de orquídeas" o "capilla plástica",
estaban compuestos por una máscara de plástico que se coloca alrededor
del cuello, un tubo que lo conecta a un tanque de helio y un folleto con
las instrucciones correspondientes. El helio tenia que ser comprado
aparte.
Pero a partir de ahora, Hydorn ya no podrá ayudar más a la gente a
morir. Fue el compromiso que adquirió con el juez. "Nos pareció que demandarla por evasión de impuestos es la forma más fácil de que deje de hacer lo que hacía", justificó el fiscal federal asistente, Peter Mazza.
Hydorn comenzó por vender dos equipos al mes, pero estos adquirieron
cierta popularidad que cuando las autoridades le tocaron a la puerta el
2011, estaba vendiendo un promedio de 60 mensuales. Tenía clientes en 45 estados y su fama llegó al extranjero. Entre la documentación incautada, las autoridades encontraron pedidos de 25 países.
Las demandas eran tantas que Hydorn ni tiempo tenia para cobrar los
cheques que le mandaban. La policía encontró decenas de ellos en su
casa. "Es que estaba demasiado ocupada fabricando los equipos que ni iba
al banco. Yo nunca hice esto por dinero. Solo quería ayudar a la
gente", explicó la anciana.
Fuente:; El mundo.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario