El 'mantero' de Alicante reconoce que mató a su primo porque no se fiaba de él


Una profunda desconfianza alimentada por la convivencia. He ahí el principal argumento que esgrimió ayer Assane N. para explicar por qué mató a su propio primo el sábado de madrugada en la vivienda del barrio alicantino de Carolinas que ambos compartían. La juez de Instrucción 3 de Alicante, Belén Gutiérrez, en funciones de guardia, ordenó ayer su ingreso en prisión preventiva por un delito de homicidio. El detenido admitió que acuchilló en la cabeza y un brazo a Osman, aunque matizó que lo había hecho durante un forcejeo, por miedo a que el otro le arrebatara el arma y le hiciera daño, según fuentes del caso.

Según su versión, hacía un tiempo que no se fiaba de su primo, hijo de la hermana de su madre, al que había acogido en su piso de alquiler del número 90 de la calle Sevilla. Assane asegura que Osman contaba a cualquiera las cosas que él le confiaba, aunque la espita que desencadenó la trágica riña se debió a la desaparición de unos documentos muy valiosos para él.

El sábado, al amanecer, conminó a la víctima, de 23 años, a dejar la casa. El reo reconoce que acompañó la orden armado con un cuchillo de cocina que había cogido momentos antes para «desmontar unas cerraduras».

Su primo hermano se dirigió hacia la entrada, no sin antes avisar por teléfono a algún conocido. Como no podía abrir la puerta, se acercó a ayudarle. En ese mismo instante, Osman se abalanzó sobre él y le agarró del brazo. Hubo algún que otro mordisco, según el relato del propio imputado, al que avalan algunas señales en las manos. Assane, nueve años mayor que el fallecido, alega que reaccionó de forma agresiva temeroso de su integridad física y lanzó a su familiar varias cuchilladas.

El trabajo de los agentes de Homicidios y de la Policía Científica de la comisaría provincial tendrá que aclarar lo que ocurrió en los siguientes minutos. Según las primeras investigaciones, el agredido, ya herido de muerte, huyó a la carrera escaleras arriba, hasta llegar a la azotea del edificio. Luego, exánime, su cuerpo ya no aguantó más. Se apoyó en la cornisa, a la espera de recibir ayuda y ponerse a salvo, pero perdió el equilibrio y se precipitó al vacío, ante la angustiada mirada de algunos vecinos que, alertados por los gritos, salieron a la calle y se toparon con la dramática escena.

El presunto homicida niega tajantemente que fuera él quien le empujara. También rechaza que bajara rápidamente a la calle y amenazara al conductor de un turismo que se había detenido abruptamente al toparse con el cuerpo de Osman.

Los agentes policiales cortaron la vía pública y apresaron en las inmediaciones del escenario del crimen al presunto autor. Al percatarse de la presencia de las fuerzas del orden, el sospechoso intentó huir y opuso resistencia, hasta el punto de que llegó a herir a dos policías nacionales, según confirmó ayer la comisaría provincial por medio de un comunicado. Las mismas informaciones precisaron que el fallecido presentaba varias heridas de arma blanca repartidas por todo el cuerpo.

Según ha podido saber este diario, tanto él como la víctima se dedicaban a la venta de falsificaciones de cedés, películas y otra mercancía en los puntos más turísticos de la ciudad. De hecho, el detenido cuenta con antecedentes por delitos contra la propiedad intelectual. Alguna de esas condenas había incluso desembocado en una orden de expulsión del país que estaba pendiente de ejecutar. Un decreto imponía la misma medida contra el fallecido. Las pesquisas siguen abiertas.

Fuente: Las provincias.es

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