La protesta estudiantil se radicaliza con la quema de contenedores y deja 25 detenidos


Doce personas de las veinticinco que fueron detenidas ayer por los incidentes producidos entre estudiantes y policías durante la cuarta jornada de protestas estudiantiles en Valencia han pasado la noche en comisaría y continúan en las dependencias policiales.


Fuentes policiales han informado de que los seis menores que fueron detenidos junto al resto de estudiantes fueron puestos anoche mismo en libertad.

De los restantes diecinueve, otros siete también fueron puestos en libertad mientras que doce quedaron detenidos y han pasado la noche en la comisaría.


Está previsto que los detenidos pasen en las dependencias policiales "el tiempo mínimo imprescindible" para tomarles declaración y hacer las diligencias oportunas, antes de pasar a disposición judicial.

Representantes del Sindicato de Estudiantes se encuentran a las puertas del Instituto de Educación Secundaria Luis Vives de Valencia para convocar a los alumnos a una "jornada de lucha" el próximo jueves, día 23, con una concentración ante la Conselleria de Educación.



El objetivo de la protesta, como ha explicado a Efe un miembro del sindicato, Carlos Naranjo, es exigir la dimisión de la delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León, y del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, como "responsables que son de la brutal represión policial" de estos días contra los estudiantes.
Naranjo ha informado también de que a la salida de los alumnos del citado centro se ha convocado una asamblea de profesores, padres y alumnos para analizar la situación, justo antes de la concentración de protesta contra los recortes y la actuación policial convocada a las puertas del instituto a las 15.30 horas.

Además, el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza (STEPV) ha convocado igualmente una reunión esta mañana a la que está previsto que acudan estudiantes.


Ayer, el centro de Valencia se sumió en el caos en la enésima jornada de protestas estudiantiles convocadas a través de redes sociales, donde ya se habla de la 'Primavera Valenciana', en comparación con las revueltas ciudadanas de los países árabes.

Lo que empezó la pasada semana como una concentración de alumnos contra los recortes en materia educativa ha desembocado en una escalada de enfrentamientos, cargas policiales y actos vandálicos que ayer alcanzaron su punto álgido. Los disturbios dejaron 21 detenidos, cinco de ellos menores de edad, así como 15 heridos leves. Tres participantes sufrieron contusiones y una mujer fue atendida tras un ataque de ansiedad. Según el Centro de Coordinación de Emergencias, dos fueron trasladados a los hospitales Clínico y a La Fe. En cuanto a agentes, fuentes del cuerpo hablaban de once lesionados. Desde el miércoles, cuando se iniciaron los altercados, han sido arrestadas 38 personas, mientras que los contusionados suman varias decenas.


El perfil de los asistentes evolucionó a lo largo de la jornada, que comenzó, igual que la pasada semana, con un acto en la calle Xàtiva, frente al instituto Lluís Vives. Consistió en una sentada pacífica para cortar el tráfico en la que participaron más de 300 jóvenes, muchos de ellos menores de edad. Sin embargo, a medida que avanzaba la tarde y se sucedían los enfrentamientos con la policía se podían ver personas más mayores, muchos con capuchas y con el rostro tapado. Algunos eran verdaderos agitadores, elevándose en líderes improvisados que guiaban a los diferentes grupos que deambulaban por el centro de Valencia. Era como el juego del gato y el ratón, con agentes de la Unidad de Intervención Policial persiguiéndoles y tratando de cortarles el paso en un intento de disolver unas concentraciones que no fueron comunicadas a la Delegación del Gobierno, y que por tanto, eran ilegales.


La tensión fue en aumento

La tensión entre los agentes también fue en aumento, con escenas de auténtico nerviosismo por parte de algunos, especialmente contundentes en las cargas. Pero no sólo hubo porrazos. Volaron botellas, adoquines, mandarinas y conos de tráfico contra los policías, y varios contenedores fueron volcados al paso de la masa de concentrados, que no paraba de repetir consignas incendiarias. «Se va a acabar la paz social», era una de las preferidas. Al final de la tarde se quemaron varios depósitos de basura en la avenida Blasco Ibáñez, que fue cortada al tráfico, y en la calle Convento Jerusalén, otro de los puntos donde se mantenían las protestas al última hora. También fue ocupada la Facultad de Historia, donde se encerraron centenares de estudiantes.


Ante la evolución violenta de los acontecimientos muchos chavales llamaban a la calma. Incluso desde la Federación Valenciana de Estudiantes (Faavem), que se erigió en portavoz de los concentrados, reconocieron que no podían controlar la presencia de infiltrados.

Los problemas empezaron pasadas las 15 horas. Tras la sentada de Xàtiva los jóvenes se dirigieron hacia San Agustín con el objetivo de cortar San Vicente, aunque les esperaba un cordón policial de agentes descubiertos que intentaron contenerles con sus cuerpos. Pero fueron desbordados. Ante la tensión por el bloqueo de la calle y tras el lanzamiento de una botella que hirió a una persona mayor, la situación se radicalizó. La policía ya intervenía protegida con los equipos antidisturbios. Y sin contemplaciones. Cuando se intentaba cortar una vía los agentes cargaban, lo que provocó la dispersión de la protesta en pequeños grupos. También intervinieron cuando los manifestantes trataban de evitar las identificaciones (sobre todo de los que insultaban) o las detenciones.


Altercados en el centro de la ciudad

Hubo altercados en San Vicente Mártir, en la calle Jesús, en Pintor Benedito, en la estación del Norte -especialmente contundentes-, en Xàtiva, en la plaza del Ayuntamiento y en la calle de las Barcas. En este punto, el responsable del dispositivo policial se acercó al presidente de Faavem, Alberto Ordóñez, y le instó a disolver la protesta si no querían ser detenidos por desórdenes. La respuesta estudiantil fue pedir la liberación de las personas detenidas, que no se aceptó.

Tras unos minutos de calma y tras despejarse la zona, la tensión volvió a Xàtiva y tomó la zona universitaria. Ordóñez, que fue detenido el jueves, dijo que las protestas continuarán hoy, por lo que seguirán «quemando Valencia».

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