Los suicidios de policías municipales en Madrid aumentan desde 2011

Los suicidios de policías municipales en Madrid aumentan desde 2011      “Ahora tenemos que ir con el hacha levantada porque así lo demandan Monteagudo y sus acólitos”, asegura un agente

Los suicidios de policías municipales se activaron coincidiendo con la incorporación al Ayuntamiento del equipo de Gobierno que preside Ana Botella y, concretamente, desde que la Concejalía de Seguridad la dirigen Antonio de Guindos y Fátima
Núñez. Estas muertes violentas cesaron en 2008 y en diciembre de 2011 comenzaron de nuevo a producirse. Con el suicidio del último de ellos, ocurrido el pasado viernes, son ya seis los agentes fallecidos por esta vía, según pudo conocer LA GACETA de fuentes de la Policía Municipal.

Este espacio de tiempo en el que no ha habido suicidios se debe al estudio y seguimiento que el doctor Egea, médico de la Policía Municipal, realizó entre agentes dados de baja por depresión. El resultado fue evidente en esos tres años en los que ningún agente decidió quitarse la vida.

Según diversos policías municipales consultados por este periódico es ahora cuando el estrés ha aumentado entre sus compañeros. “Ahora hay que denunciar si no quieres que te denuncien a ti. La misión de los CICO –la unidad de policías creada por Monteagudo que hace servicio de paisano– es perseguir a los policías y comprobar si en sus intervenciones denuncian a los ciudadanos. Si no lo haces, toman nota de tu documentación y a los pocos días te llaman de Asuntos Internos para apercibirte o para sancionarte con una falta leve, un PFL –procedimiento por falta leve–, que es así como la llamamos nosotros”, apuntan.

“Antes –siguen las fuentes–, la Policía Municipal asistía y ayudaba a los ciudadanos en lo que podían, si estos cometían una infracción leve se hablaba con ellos y se les hacía ver que se habían equivocado y que tuvieran cuidado para la próxima vez. Ahora no, ahora tenemos que ir con el hacha levantada porque así lo demandan Monteagudo y sus acólitos, entre ellos el inspector Óskar de Santos, que es el jefe de los CICO y es el que les manda que nos hagan la vida imposible”, concluyen.

LA GACETA ha podido saber que el agente que se suicidó el viernes pasado acompañó al médico a otro compañero suyo que después también se suicidó.
Quería que supiera que estaba arropado y que no hiciera lo que estaba pensando. Al ser preguntados por esta circunstancia sus compañeros de la Junta Municipal de Retiro, se limitaron a decir que su humanidad era muy grande y que la demostró en más de una ocasión ayudando en la calle a la gente que tenía problemas.


Fuente: Intereconomía.com

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