La tierra paraguaya ha vuelto a teñirse de sangre. En junio pasado, 11
campesinos y seis policías murieron en un enfrentamiento armado en el
desalojo de tierras cuya propiedad se asocia con un exsenador del
Partido Colorado, en el poder durante 61 años y partido único durante la
dictadura de Alfredo Stroessner. Aquella matanza le costó la
presidencia al hombre que había acabado con la hegemonía colorada,
Fernando Lugo (2008-2012), quien fue destituido en un juicio político
exprés. La historia continuó el pasado sábado cuando dos sicarios
asesinaron de cuatro tiros al dirigente campesino Vidal Vega, que
reclamaba ante el Gobierno de Federico Franco las tierras para los
campesinos y era testigo clave en la investigación de la masacre de
junio.
Vega, de 46 años, era militante del Partido Liberal Radical Auténtico
(PLRA), que fue primero aliado de Lugo, y que, después de la llamada
matanza de Curuguaty (este de Paraguay), se alió con el Colorado para
destituir al mandatario, acusándolo de ser el indirecto responsable de
la masacre.
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Al menos 16 muertos en el desalojo de una hacienda en el noreste de Paraguay
En Paraguay, el 2% de la población posee el 85% del territorio. Vega
había participado en la ocupación de Curupaytí. Los agricultores pedían
al Gobierno de Lugo el reparto de esas tierras, entregadas por la
dictadura al exsenador de su partido Blas Riquelme, que murió de causas
naturales en septiembre. Vega había ido a comprar víveres para los
ocupantes de las tierras cuando se produjeron los enfrentamientos y por
eso no murió.
Disparos a quemarropa
El sábado de madrugada, dos sicarios tocaron la puerta de la casa donde
Vega vivía con su mujer y sus dos hijos, en la colonia Yvyra Pytã, en
Curuguaty. Al ver al dirigente le dispararon a quemarropa con una
escopeta. Uno de los asesinos ha sido arrestado y el otro permanece
prófugo. El fiscal ha declarado que se trató de un “ajuste de cuentas”.
Sin embargo, colaboradores del dirigente campesino consideran que
alguien ha querido dar un mensaje intimidatorio a las luchas campesinas
que se repiten en diversas regiones de Paraguay. El político liberal
Domingo Laíno, que se ha mantenido fiel a Lugo, del izquierdista Frente
Guasú (Grande), opinó que el homicidio fue responsabilidad de
latifundistas. El candidato presidencial del Frente Guasú para las
elecciones de abril próximo, Aníbal Carrillo, denunció que el crimen
político se ha instalado en Paraguay.
Fuente: El país.com
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